
Como veis, llevo unas semanas bastante liada con el trabajo y las ganas de huir a la playa cuando llega el fin de semana hacen que actualizar se esté convirtiendo en una odisea!
Sin embargo, la ocasión lo merece así que os voy a contar por qué mañana voy a comer un menú mcpollo para cenar!
Esta noche, hace un año, apenas pude dormir de los nervios. El promotor por fin había dado una palabra y nos dijo que firmábamos el 31 de julio.
Hacía un año que habíamos hecho el primer pago de lo que sería nuestro piso y por fin, después de casi 6 meses de la teórica fecha de entrega, tendríamos las llaves que abrirían la puerta de lo que sería nuestro hogar!!!
Fui a trabajar como cada mañana y pasó a recogerme Miguel. Estábamos los dos de los nervios. Nos costó encontrar aparcamiento pero llegábamos a la notaría con tanto tiempo que incluso pudimos tomar algo en un bar antes de entrar. Los dos pedimos un par de botellas de agua... Todavía conservamos aquellas arandelas azules colgadas de nuestros llaveros. Nuestras alianzas! jajaja!
Cuando nos reunimos con el notario, yo estaba convencida de que habría algo que haría que se anulara el acuerdo... Llevaba tanto tiempo esperando ese momento que no podía creérmelo...
Tras las firmas, llegó el momento de la entrega de llaves. Por fin sabía cómo eran las llaves de mi piso!!!! En cuanto salimos de la notaría, corrimos a estrenarlas.
A petición de la madre de Miguel, éste me cogió en brazos para pasar por primera vez bajo el marco de la puerta de entrada... con los kilitos de más que tenía yo encima! jajaja! Pobre Miguelito!
Todo parecía perfecto: el parquet, el color de las paredes, los baños, la cocina... No podía parar de reir y mirar todo de arriba a abajo!
Aquel día, cuando salí de trabajar a las 20h, Miguel vino a buscarme con el coche y fuimos a hipercor a comprar todo lo que nos podía hacer falta para limpiar en el piso. Es impresionante lo que eres capaz de comprar para limpiar cuando estás así de ilusionado! qué dineral! jajaja!
Antes de llevar las cosas al piso, pasamos por el McAuto para comprar algo de cena con lo que estrenar el piso. Menú McPollo acompañado de un brindis de cava... eso fue lo que cené... todo amenizado por un centro de flores precioso que Miguel me había preparado en nuestra minúscula mesa del balcón.
Y aquí estoy, un año después, pensando en qué helado será el que cierre la cena de mañana porque pensamos repetir el ritual todos los años!