Una de nuestras mejores noches fue en casa de la familia Agramonte. Mi amigo Antonio, cubano y ahora residente en Murcia nos invitó a que fuéramos a conocer a su familia en La Habana.
Nosotros no dudamos ni un segundo y llamamos a la familia en cuanto llegamos. Después de una visita, nos invitaron a cenar "a lo cubano"... Y nosotros aceptamos.
No nos conocían de nada pero estuvimos toda la cena charlando de cualquier tema: costumbres cubanas y españolas, algunas palabras de nuestro y de su vocabulario...
La cena fue impresionante: Arroz blanco, frijoles negros (buenísimos! desde que probé los frijoles de Teresa, decidí que sí que me gustaban), plátano frito (Nerea, esto te encantó, eh?), ensalada de aguacate, langosta enchilada (la mejor que comimos en Cuba... y de momento la mejor de mi vida porque me estrené allí!!!!)... Todo acompañado por un buen tinto chileno que abrieron para nosotros.

Y de postre... Mango! Pero no cualquier mango, no... MANGO, con mayúsculas. Esa fruta, que aunque se vende en España es totalmente desconocida para nosotros porque, aunque la compres en el mercado, hay que comerla en Cuba para saber realmente a qué sabe! Sólo os diré una cosa: prefiero el mango al helado!!!!!!! Y no exagero!
Después del café, del puro del Sr. Antonio y de un par de boleros... nos fuimos a nuestro hotel con la sensación de haber sido recibidos por nuestra propia familia. Esa calidez con la que nos recibieron... la guardo con mucho cariño.
Gracias por todo familia!!!